martes, 12 de junio de 2007

DERRIBEMOS FRONTERAS, SEAMOS PUENTES


JORNADA REIVINDICATIVA "DERRIBEMOS FRONTERAS, SEAMOS PUENTES"
Sábado 16 de junio, 10:30 AM, Plaza del Mercado de La Laguna.
Teatro, graffiti, paneles fotos, y más...
Organiza: Plataforma por los Derechos Humanos, contra el Racismo y la Xenofobia, Tod@s somos migrantes.

Asumimos la responsabilidad y la necesidad de transformar las reglas del desorden establecido, de las injusticias sociales, de la opresión y explotación de muy pocos sobre la mayoría y reivindicamos la construcción de una sociedad libre, igualitaria y solidaria. Porque tod@s nosotr@s, es decir, la Humanidad, tenemos el derecho a una vida digna y a buscar la mejor manera de alcanzarla, reclamamos la libre circulación para todas las personas.


Desde el origen de la especie humana, los movimientos migratorios han sido una constante. La circulación y el mestizaje han dado lugar a una infinidad de identidades colectivas y culturales. Las verdaderas causas de la emigración forzosa y a riesgo de muerte de toda sociedad son la miseria y los conflictos bélicos (o estados represivos). La expresión “tragedia humana” no parece reflejar en toda su complejidad y causalidad la razón prioritaria de las migraciones forzosas. A pesar de que también es una tragedia, el hecho de enfocar la mirada hacia el desigual reparto de riquezas en el mundo nos hace conscientes de una parte de la responsabilidad al igual que de una parte de la solución. Lo que ahora acontece tan aceleradamente en Canarias, está sucediendo en otras partes del planeta, justo en las fronteras que dividen el hemisferio enriquecido (norte) con el empobrecido (sur). La tendencia es la de acrecentar las fronteras entre ricos y pobres, fronteras que se reflejan entre países y entre grupos sociales de un mismo estado-nación.

Un cambio incesante que renueva la vida y multiplica las opciones de superación de las personas. Desde 1750 hasta ahora se calcula que alrededor de unos 350 millones de personas han cambiado su lugar de residencia por otros países. De estos 350 millones la mitad provenían de Europa, lo que establece unos parámetros claros de quienes son los mayoritarios migrantes en el planeta sin que nadie en ningún lugar se hubiese planteado que sobran. Hoy día, millones de habitantes de Europa o Norte de América hacen turismo en Latinoamérica, África, Asia, con total libertad y sin restricciones. Para su disfrute, se han construido atractivas y cómodas infraestructuras turísticas. No obstante, esta no es la misma respuesta cuando el viaje se emprende en la dirección contraria, sobre todo si quienes consiguen llegar son gente desamparada que está siendo víctima del hambre, las enfermedades o las guerras. Para que l@s migrantes african@s, latinoamerican@s, asiátic@s no logren disfrutar de las riquezas que ha robado Occidente, se levantan fronteras alambradas, armadas, blindadas, que lentamente van acabando con sus vidas. Las vallas físicas o simuladas (delimitaciones del espacio aéreo o marítimo) se muestran sin reparos para indicarnos cómo se divide el mundo. Lo que en definitiva se traduce en señalar a quienes quieren excluir de él los poderes políticos y económicos.

El tema migratorio no es un fenómeno intrínseco ni exclusivo de las Islas Canarias, es la evolución de las sociedades a nivel mundial. Todas aquellas personas y pueblos que hasta ahora venían siendo explotadas y expropiadas de las mínimas condiciones de vida, quieren reclamar su parte. Exigen que se les devuelva el derecho a vivir dignamente, como cualquiera quisiera. Cualquier política migratoria que pretenda frenar este movimiento mediante mecanismos de restricciones, militarización o criminalización de las personas migrantes, está avocada al fracaso. No evitará que continúen los intentos de burlar los muros, las vallas, los helicópteros, las patrullas por mar, las normas. Y lo más grave, no evitará que se produzcan cada vez más muertes. La migración es un derecho humano que está recogido en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se basa en el principio de que toda persona tiene el derecho a elegir libremente su lugar de residencia, a salir de su país y regresar a él. ¿Cómo es posible que se decrete la libre circulación para los capitales, el comercio y los poderosos, y se estrangule a l@s oprimid@s la necesidad de buscar una mejor vida?

“Inútiles serán todas las trabas que se le ponga; la emigración es un hecho perfectamente natural. Cada uno busca su mejor modo de vivir. Si se promulgan leyes coercitivas, el que tiene propósito de abandonar el país, lo hará prescindiendo de las leyes, valiéndose de sus medios propios, empleando todo el ingenio del preso”

(Periódico libertario Luz y Vida, 9 dic.1905, Santa Cruz de Tenerife)

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